martes, 19 de abril de 2011

"PRODUCTOS MILAGRO;LOS RIESGOS PARA LA SALUD"

En este artículo nos informa del gran fraude producido por los famosos productos “milagro” que prometen curar casis todo, pero que en realidad no hay pruebas científicas que los respalden. Descubrimos gracias a este artículo lo que oculta la engañosa publicidad de estos artículos.
Productos como pastillas, geles, cremas, mascarillas, champú y miles de ungüentos están en la lista negra de productos “milagro”, ya que ni siquiera cuentan con la autorización de la secretaria de salud ni las pruebas de eficiencia, calidad y seguridad, y que por la publicidad con la que se anuncia este tipo de productos en todos los medios de comunicación, cualquiera podría pensar que de verdad son milagrosos pero lo que no sabemos es que en el extremo contrario, los productos milagro, por carecer de autorización o tener una inapropiada, pueden resultar inocuos en el mejor de los casos, o nocivos para la salud de quien los usa, pues no se conoce su composición química. La publicidad con que se anuncian, llena de afirmaciones imposibles de comprobar que induce al error, oculta contraindicaciones y exagera características o propiedades.



Los daños causados por estos productos son demasiados y a mi punto de vista deberían ser tomados muy en cuenta; en el mercado de estos productos inservibles y hasta dañinos que solo generan el daño económico de comprar un producto que no sirve para nada se calcula en cientos de millones de pesos en México, y eso no es lo mas importante, lo que realmente hay que tomar en cuenta es el mal generado en nuestra salud. Pero en fin el consumo de este producto es responsabilidad de quien lo recomienda y quien lo usa.

“PROPUESTAS PARA EVITAR CREER EN LOS PRODUCTOS MILAGRO”


1. Se debe desconfiar y rechazar aquellos productos con pretendida finalidad



sanitaria en cuyo etiquetado, publicidad o material promocional se observan las



siguientes prácticas prohibidas por la normativa vigente:



• Proporcionen seguridades de alivio o curación cierta.



• Sean anunciados como rápidos y eficaces para una amplia gama de enfermedades



• incluso graves (productos “cura todo”.



• Aporten testimonios de profesionales sanitarios, de personas famosas o de pacientes reales o supuestos.



• Utilicen el término natural como característica vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos.



• Sugieran propiedades adelgazantes o contra la obesidad.



• Sugieran que su consumo potencia el rendimiento físico, psíquico, deportivo o sexual.



• Atribuyan efectos preventivos y terapéuticos a productos alimenticios o cosméticos.



• Atribuyan carácter superfluo a la consulta médica o farmacéutica o a los medicamentos.



2. Se debe leer siempre el etiquetado de los productos y rechazar aquellos productos en los que se observen las siguientes irregularidades:



• La información no figure en el idioma oficial español.



• No figure la composición cualitativa y cuantitativa completa.



• No figure el lote.



• No se identifique el fabricante o el responsable de la comercialización.



• No vaya acompañado de la información necesaria para su correcta utilización (posología, advertencias de uso, interacciones contraindicaciones).



3. Se deben rechazar los productos que se presenten como medicamentos, es decir que se atribuyan propiedades preventivas o terapéuticas, sin estar autorizados como tales.



4. Se deben rechazar los remedios secretos, es decir, aquellos en los que no se declara su composición.



5. Se deben rechazar los productos con finalidad preventiva o terapéutica que se vendan por correo, por Internet o a domicilio, ya que no ofrecen garantías en cuanto a la procedencia del producto o al control del proceso de fabricación y/o conservación por lo que su uso puede entrañar un riesgo para la salud.



6. Se debe consultar con un profesional sanitario antes de tomar cualquier producto con finalidad preventiva o terapéutica o para modificar el estado físico o psicológico, o para restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas, en particular si se trata de niños, ancianos, enfermos crónicos o mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como si se está en tratamiento farmacológico.



7. Si se está auto medicando con algún producto con finalidad sanitaria se debe informar al médico y al farmacéutico para que éstos puedan proporcionarle el adecuado consejo profesional y se puedan prevenir, detectar o solucionar problemas tales como interacciones, contraindicaciones, duplicidades u otros.



8. No se debe abandonar nunca ningún tratamiento establecido por el médico, sustituyéndolo por un producto milagro.



9. Si sospecha que un producto le ha podido causar algún efecto adverso, contacte con un médico o farmacéutico y notifique dicho efecto.



10. Denuncie al Departamento de Salud o informe a algún profesional sanitario sobre todos aquellos productos en los que aprecie alguna irregularidad de las mencionadas con anterioridad o sobre los que haya apreciado algún problema respecto a su eficacia, calidad o seguridad.
“INVESTIGACION INDEPENDIENTE DEL TEMA”

Ciudad de México
Jueves 14 de abril de 2011



Julián Sánchez
El Universal



Piden analizar beneficios de productos milagro



“Advierten que son adquiridos en una sola ocasión por el consumidor, porque éste descubre que no tiene los resultados esperados”



Ante el incremento de productos milagro, es necesario acotar más las leyes y que el consumidor analice si realmente "los grandes beneficios" que le ofrecen pueden ser reales, además deben convencerse de que lo que paga le da un valor verdaderos a su dinero, consideró Cielo Unda especialista de marketing.



En entrevista, Unda, quien es gerente de Marketing de BDF, Nivea México, destacó en el marco de los 100 años de esa empresa, que ante la ausencia de un sustento científico y de investigación, los llamados productos milagro llegan a ser adquiridos en una sola ocasión por el consumidor, pues descubre que no tiene los resultados esperados, como sí lo tienen las marcas que si garantizan su producto.



Por ello, dijo, no resulta una competencia desleal, porque empresas como Nivea tiene toda una tradición y cada uno de sus productos está respaldado por investigaciones científicas y diversas pruebas a unos 30 mil voluntarios anualmente en todo el mundo, quienes los prueban antes de salir al mercado y constatan que es digno de llegar al consumidor final.



La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) publicó el pasado 14 de febrero una lista de 250 productos a los que en su publicidad se les atribuyen propiedades terapéuticas, preventivas o de rehabilitación, sin tener base científica ni tienen la autorización para ser comercializados como medicamentos.



Se trata de algunos como Prostamax y Prostaliv, que según los anuncios televisivos ayudan a tener una "próstata saludable" y evitar inflamación e, incluso, un supuesto doctor llamado Salvador Armengol explica en esa publicidad a la conductora Rocío Sánchez Azuara los beneficios de este último producto.



Y en su página de internet se asegura que con esa sustancia el consumidor obtendrá "una función urinaria saludable, mejores noches de sueño, una protección antioxidante y resultados en dos a cuatro semanas".



Ante esta norma, La Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex) informó recientemente que retira de sus 15 mil puntos de venta los 250 productos milagro que, de acuerdo con la Cofepris, no cumplen con funciones terapéuticas ni tienen sustento científico.




Cielo Unda insistió en que más que aplicar mano dura en contra de esas empresas, que realmente no representan una competencia desleal porque finalmente su mercancía no es comprada en varias ocasiones por un mismo cliente, debe aplicarse correctamente la ley.

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